Luis ‘El Chino’ Sandoval mandó a las nubes el triunfo del Junior
Los ‘tiburones’ volvieron a ceder puntos de local tras empatar 1-1 con Boyacá Chicó.
El ‘Chino’ Sandoval tuvo la oportunidad en su botín derecho de comenzar a saldar su deuda con la hinchada del Junior, cuando le arrebató la pelota a ‘Cariaco’ González para ejecutar la pena máxima que el árbitro Luis Matorel había sancionado por falta dentro del área al venezolano.
Era la última jugada del partido y la posibilidad para que Junior sumara tres puntos importantes en su afán por meterse en el grupo de los ocho.
Sandoval, visiblemente inseguro, la mandó a las nubes y lo que se presagiaba para ser una nueva victoria rojiblanca, terminó siendo una gran desilusión.
A la par de que Sandoval era animado por sus compañeros, ‘Bolillo’ Gómez se iba raudo y enfurecido hacia el vestuario. Bien sabe que esa pena máxima malograda puede ser definitiva en las aspiraciones de clasificar de Junior.
Por la vía del penalti, Junior había igualado 1-1 el partido, en el minuto 30 del segundo tiempo. ‘Cariaco’ cobró con decisión y puso a celebrar a la afición rojiblanca que se ilusionaba con la posibilidad de ganar.
En esos minutos finales, Junior había metido en un arco al Boyacá Chicó, que jugaba con uno menos por la expulsión de Henry Plazas y con siete minutos por delante por jugar por orden de Matorel.
Pero la misma seguridad que mostró ‘Cariaco’ cuando cogió la pelota para patear el primer penalti, no la tuvo para el segundo y, sin explicación alguna, terminó cediéndole el cobro a Sandoval.
La segunda parte había comenzado bien para Junior. A Carlos Bacca, por fin, se le había abierto de nuevo el arco rival, había definido como en sus mejores tiempos y festejó a rabiar el gol que le daba el empate transitorio a Junior ante Boyacá Chicó, pero la acción fue invalidada por el árbitro Luis Matorel por posición adelantada del atacante porteño, informada por el VAR.
Nadie en el estadio lo podía creer. Bacca había tenido un primer tiempo discretísimo y hasta una clara ocasión de gol malogró en un mano a mano con el portero Rogerio Caicedo, pero cuando por fin parecía que le llegaba la redención, la tecnología ahogó su grito de gol.
Después de la acción de gol invalidada, Bacca volvió a ser el mismo jugador intrascendente del primer tiempo. Hace mucho rato no es ni sombra del jugador que se cansó de hacer goles en todos los equipos donde actuó. El Bacca de hoy no atemoriza, no marca ninguna diferencia y no justifica su presencia en el once rojiblanco.
Pero, al igual que Bacca, hubo otros jugadores que desentonaron y que, definitivamente, no están para hacer parte del equipo que salta a la cancha, como Freddy Hinestroza, jugador del gusto del técnico ‘Bolillo’ Gómez, pero que dentro de la cancha casi nada aporta y su divorcio con la afición es cada vez más evidente.
Hómer Martínez fue un mar de desaciertos en la mitad y por esta razón ‘Bolillo’ lo excluyó para el segundo tiempo. Le sigue costando una barbaridad al malambero retomar el nivel que tuvo antes de su grave lesión que sufrió el año pasado. Ni hablar de Andrey Estupiñán, quien tampoco pesó en el partido.
En el 37, Boyacá Chicó encontró el gol que lo puso en ventaja a través de una pelota quieta. La jugada nació de un tiro de esquina que Michael Nike Gómez cabeceó y metió en la portería defendida por Jefersson Martínez para romperle el encanto de 217 minutos sin encajar goles.
Junior tomó un nuevo aire con el ingreso para la parte complementaria de Jhon Vélez y de ‘Cariaco’ González. Con el primero ganó seguridad en los pases y con el segundo capacidad para encarar.
Después del gol del empate de ‘Cariaco’, ‘Bolillo’ se la jugó toda con el ingreso del ‘Chino’ Sandoval por Bacca y de Omar Albornoz por Hinestroza. La idea de ganar el partido era irrenunciable.
El juvenil Vélez, en el 34, por poco se convierte en héroe con un zapatazo desde fuera del área que el cancerbero Caicedo evitó que se metiera en su pórtico con una gran volada.
Cuando el tiempo se extinguía, vino la acción de pena máxima sobre ‘Cariaco', que nuevamente sancionó Matorel contra el querer de Mario García, técnico del Boyacá, que le pedía afanosamente al árbitro que revisara la jugada en el VAR.
El empate deja a Junior contra las cuerdas, pero con vida todavía. Lo lamentable es que una victoria que estaba al alcance de la mano se haya escapado por la indecisión de los jugadores dentro del campo.
Las dos victorias consecutivas logradas recientemente no fueron suficientes para que el Junior alcanzara por lo menos el tercer triunfo en línea y volvió a ceder puntos en calidad de local al empatar 1-1 ante Boyacá Chicó.